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Tipos de degeneración macular asociada con la edad

Seca

Este tipo de degeneración macular asociada con la edad también es conocida como atrófica. Se presenta cuando la mácula se vuelve fina. No hay un tratamiento para esta afección, por lo que la vista no puede recuperarse. Se deben mantener medidas de prevención para proteger el otro ojo.

Húmeda

También es conocida como degeneración macular asociada con la edad neovascular avanzada. Es menos común que la seca y causa pérdida de la visión más rápida. “Ocurre cuando crecen vasos sanguíneos anormales en la parte de atrás del ojo y dañan la mácula. La buena noticia es que hay opciones de tratamiento disponibles para la AMD húmeda”, explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Consejos para cuidar los ojos

Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que los problemas oculares también se ocasionan por los malos hábitos cotidianos. Por eso, señala algunas recomendaciones para prevenir las deficiencias visuales:

  • Usar lentes de sol para proteger los ojos.
  • Usar lentes de seguridad cuando esté martillado, puliendo o utilizando herramientas eléctricas.
  • En caso de necesitar lentes convencionales o de contacto, mantener la receta actualizada. Realizar chequeos periódicamente.
  • No fumar. Si es fumador, consultar un experto para dejar de hacerlo.
  • Evitar o limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Mantener un peso saludable.
  • Controlar y regular la presión arterial y el colesterol.
  • Para los pacientes diabéticos, seguir el tratamiento recetado y controlar la glucosa en la sangre.
  • Comer alimentos ricos en antioxidantes, como verduras de hoja verde.
  • Luz natural: los expertos recomiendan aprovechar la luz natural, la luz del sol, para aprovechar sus vitaminas.

Fuente: https://www.semana.com/

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Degeneración macular asociada a la edad: cuáles son los síntomas

La degeneración macular asociada a la edad recibe este nombre debido a que es más común en personas mayores de 60 años. Es un trastorno que destruye paulatinamente la visión central y la visión aguda.

Con el paso del tiempo, quienes padecen esta afección tiene problemas para leer y para observar detalles finos en objetos. “Genera visión central borrosa o reducida, debido al adelgazamiento de la mácula. La mácula es la parte de la retina responsable de que la visión sea clara en tu línea de visión directa”, explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Este trastorno puede afectar uno o ambos ojos. Cuando solo afecta uno, las personas no notan cambios en la visión. Los síntomas se desarrollan gradualmente. Algunos de estos incluyen:

  • Distorsiones visuales, como líneas rectas que parecen dobladas.
  • Reducción de la visión central en uno o ambos ojos.
  • La necesidad de luz más brillante para leer o realizar trabajos minuciosos.
  • Mayor dificultad para adaptarse a los niveles bajos de luz, como al ingresar a un restaurante poco iluminado.
  • Mayor visión borrosa de las palabras impresas.
  • Disminución de la intensidad o el brillo de los colores.
  • Dificultad para reconocer rostros.
  • Un punto borroso o un punto ciego bien definido en el campo de visión.

Los expertos aún no conocen la causa exacta de este trastorno. Las investigaciones muestran que la combinación de factores hereditarios y ambientales, tabaquismo, la obesidad y la dieta pueden influir en su desarrollo.

Algunos de los factores de riesgo para padecerla incluyen:

  • Antecedentes familiares de la enfermedad.
  • Ser de raza blanca.
  • Tabaquismo.
  • Dieta rica en grasas.
  • Ser mujer.

Para prevenir esta enfermedad aún no hay métodos o estrategias claras. Sin embargo, los expertos de Medline Plus señalan que tener un estilo de vida saludable puede contribuir a disminuir el riesgo de desarrollar este trastorno ocular. No fumar, realizar actividad física regularmente, mantener un peso saludable y tener una dieta balanceada son algunas claves para hacerlo.

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Este hábito está afectando gravemente tu visión

¿Qué podemos hacer para cuidar la vista? ¿Cómo cuidar los ojos de forma natural? ¿Cómo evitar el deterioro de la visión? A medida que envejecemos, el riesgo de desarrollar enfermedades de los ojos puede aumentar. Afortunadamente, hay cosas que podemos hacer para prevenir los problemas oculares, como tener niveles óptimos de vitaminas, comer alimentos buenos para la vista y dejar de fumar. Y es que, este hábito es uno de los peores para los ojos, aunque pocos lo saben.

Si usted fuma, puede tener problemas graves en los ojos que podrían causarle pérdida de la visión o ceguera.

Pero, hay un problema. Sólo una de cada cinco personas que fuman conoce que puede quedar ciega, según una encuesta realizada por la Asociación de Optómetras de Reino Unido (AOP). Así lo reseña la BBC. 

De hecho, detalla un dato no menor: 

“Los fumadores son dos veces más propensos a perder la vista comparados a los que no fuman”. 

Eso se debe a que el humo de tabaco puede producir y empeorar varias condiciones que afectan los ojos, dice el Real Instituto de Personas Ciegas.

¿Cuáles son los daños de fumar?

Si usted fuma, aumenta el riesgo de sufrir dos de las mayores amenazas para su visión:

Cataratas

Según los CDC, usted tiene de dos a tres veces más probabilidades de tener cataratas en comparación con una persona que no fuma. 

Las cataras son muy comunes. Una catarata es un área nublada en el cristalino, y puede causar visión borrosa que empeora con el tiempo. Si no se operan, las cataratas pueden conducir a la pérdida grave de la visión.

Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE)

Usted tiene el doble de probabilidades de tener degeneración macular asociada a la edad en comparación con una persona que no fuma, dicen los CDC. 

La degeneración macular es una enfermedad de los ojos que afecta la visión central. Las personas que sufren esta enfermedad pueden tener problemas para ver objetos claramente y para realizar tareas comunes como leer, reconocer los rostros y conducir.

Otros problemas graves en los ojos

Además de la DMRE y las cataratas, el humo del cigarrillo también puede aumentar el riesgo de otros problemas oculares, o agravarlos, según la Academia de Oftalmología de Estados Unidos:

Síndrome de ojo seco

Los expertos de Clínica Mayo dicen que los ojos secos son una afección frecuente que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada. Produce picazón en los ojos, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y más.

Uveítis

La Academia Americana de Oftalmología dice que la uveítis se produce cuando la capa intermedia del globo ocular se inflama (se enrojece y se hincha). Puede causar daño al tejido vital ocular, llevando a una pérdida permanente de la visión.

Retinopatía diabética

El hábito de fumar puede empeorar los problemas de la vista relacionados a la diabetes, como la retinopatía diabética que afecta a los vasos sanguíneos de la retina. Puede causar pérdida de visión y ceguera en personas con diabetes.

Neuropatía óptica

De acuerdo con la BBC, los fumadores son 16 veces más propensos que los no fumadores de experimentar la pérdida súbita de visión causada por neuropatía óptica, cuando se bloquea la irrigación sanguínea al ojo. Puede resultar en ceguera permanente.

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¿Visión nublada?

Una causa común de visión nublada son las cataratas. Estas se forman en el cristalino del ojo. Las cataratas se deben al paso normal de los años. Ocurren cuando las proteínas en el cristalino se descomponen con el tiempo y se agrupan.

El riesgo de tener cataratas aumenta con la edad. Más de la mitad de las personas en los Estados Unidos mayores de 80 años tienen cataratas o se han sometido a una cirugía para extraerlas.

“Todos los que viven lo suficiente tienen cataratas”, dice la Dra. Chantal Cousineau-Krieger, cirujana oftalmóloga de los NIH.

Algunas personas pueden desarrollar cataratas a una edad más temprana que otras. Fumar o exponerse a mucha luz solar puede aumentar el riesgo de cataratas. Ciertos tipos de cirugías oculares y lesiones pueden desencadenar cataratas. Algunos medicamentos también pueden aumentar el riesgo.

Las cataratas pueden no causar síntomas cuando se forman por primera vez. Pero con el tiempo, su visión puede volverse nublada o borrosa. Los colores pueden parecer tenues. Es posible que no pueda ver tan bien de noche como antes. Las lámparas, la luz del sol o los faros pueden parecer demasiado brillantes. Puede notar un halo alrededor de las fuentes de luz. O puede comenzar a ver dos imágenes en lugar de una.

Estos síntomas también pueden ser un signo de otros problemas oculares comunes. Si tiene problemas de visión, hable con un oftalmólogo. Puede realizarle un examen de dilatación de ojos. En estos exámenes, se usan gotas para los ojos para agrandar una parte del ojo llamada “pupila”. Luego, el médico puede examinar su ojo para buscar cataratas y otros problemas.

Si tiene cataratas leves, usar lentes de aumento y luces más brillantes puede ayudarlo a ver mejor en lugares cerrados. Los anteojos de sol que reducen el resplandor pueden ayudar con la visión en lugares abiertos.

Las cataratas que son lo suficientemente graves como para interferir en las actividades diarias se pueden tratar con cirugía. Un cirujano oftalmólogo primero usa ultrasonido o un láser para romper el cristalino opaco. Luego, coloca una nueva lente de plástico como reemplazo.

Una ventaja de la cirugía de cataratas es que la nueva lente a menudo puede mejorar la forma en que ve los objetos a distancia, explica Cousineau-Krieger. “Siempre nuestro objetivo es brindarle la mejor visión posible y reducir su dependencia de los anteojos”, dice ella.

La gente está despierta durante la cirugía de cataratas. “Pero le damos medicamentos para que esté cómodo y relajado. No es un procedimiento doloroso ni una recuperación dolorosa”, dice Cousineau-Krieger. “En general, es una cirugía de muy bajo riesgo. Y los beneficios son tremendos. Al día siguiente, la mayoría de los pacientes tienen una visión mejor de la que tenían al llegar”.

Investigadores financiados por los NIH están trabajando para comprender mejor qué hace que las proteínas en el ojo se agrupen y provoquen cataratas. Eventualmente, su objetivo es desarrollar medicamentos que puedan prevenir las cataratas o incluso revertirlas. “En este momento, no se puede revertir una catarata una vez que ha comenzado. Pero es posible que pueda desacelerar la tasa de progresión”, dice Cousineau-Krieger.

Consulte el recuadro de Elecciones sabias para obtener consejos para ayudar a retrasar las cataratas y proteger su visión.

Fuente: https://salud.nih.gov/

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¿Qué es la queratitis?


La queratitis es la inflamación de la córnea, la parte frontal y transparente del ojo. Puede afectar solo a sus capas más superficiales o también a las más profundas, pudiendo llegar a provocar úlceras y cicatrices corneales que amenacen la visión. Por ello, es una patología que conviene diagnosticar y tratar a tiempo, a fin de evitar complicaciones y secuelas graves.

El enrojecimiento y el dolor ocular son dos síntomas que deben motivar tu visita de urgencias al oftalmólogo. Ante una queratitis, también es habitual que notes que el ojo te llora en exceso y que te molesta mucho la luz, además de pérdida de agudeza visual según el grado de afectación corneal.

La queratitis puede estar provocada por muchas causas distintas, distinguiendo dos grandes grupos:

  • Queratitis infecciosas: debidas a bacterias, hongos, amebas, parásitos o virus (siendo uno de los más comunes el virus del herpes).
  • Queratitis no infecciosas: ocasionadas por ojo seco severo, alteraciones en los párpados (como el lagoftalmos), reacciones alérgicas, exposición al sol, causticaciones químicas, ciertos fármacos como corticoides, enfermedades de la piel como la rosácea etc.

Uno de los principales factores de riesgo es el uso de lentes de contacto, sobre todo si no sigues las pautas de uso y medidas de higiene adecuadas, lo que aumenta las probabilidades de que sufras una infección corneal. Es el caso de la queratitis por Acanthamoeba, muy agresiva, que se da en un 80% de las ocasiones en portadores de lentillas (si te bañas con ellas, no las limpias y guardas con los productos adecuados etc.). Además, como medida preventiva básica tanto si eres usuario de lentes de contacto como si no, debes evitar tocarte los ojos sin haberte lavado previamente las manos. De esa manera, bajarán las posibilidades de sufrir queratitis.

Fuente: https://miranza.es/

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¿Qué es el pterigion?

El pterigion es un sobrecrecimiento de la conjuntiva (membrana que recubre la esclera, la parte blanca del globo ocular), de tal modo que “invade” la córnea (capa transparente que actúa como lente frontal del ojo). Suele tener un aspecto triangular y normalmente se produce en la zona nasal o interna del ojo, aunque también puede afectar a la zona temporal o a ambas a la vez.  

Aunque se trata de una lesión benigna, su crecimiento progresivo puede hacer que aumente lo suficiente de tamaño como para llegar a interferir en la visión.

Especialmente en fases iniciales, puede que el pterigion pase desapercibido y no notes nada. Sin embargo, a medida que se desarrolla, está inflamado o la córnea adyacente se seca por mala distribución de la película lagrimal, es habitual que provoque molestias. También es frecuente la pérdida de agudeza visual cuando la invasión de tejido altera la curvatura de la córnea –provocando astigmatismo –, o llega a cubrir parcial o totalmente el eje visual.

La exposición a la radiación ultravioleta y los factores ambientales (ambientes secos, polvorientos…) son los principales factores de riesgo del pterigion. Por ello, la principal medida preventiva que recomendamos es proteger los ojos con gafas de sol en espacios exteriores.

Esta enfermedad es más frecuente en el ámbito rural que en el urbano y, por lo general, más común en climas cálidos, predominando en países comprendidos en el ecuador o cercanos a él. 

La posibilidad de desarrollar pterigion también aumenta con la edad (aunque es más frecuente en grupos de población entre 20 y 50 años) y si padeces sequedad ocular crónica o inflamaciones conjuntivales de repetición.

Fuente: https://miranza.es/

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¿Qué es la blefaroplastia?

La blefaroplastia es una de las cirugías estéticas faciales más demandadas por los pacientes, tanto mujeres como hombres, y está indicada para eliminar el exceso de piel o de grasa en los párpados superiores y/o inferiores.

  • Blefaroplastia superior: la realizamos a través de una incisión mínima que no deja cicatriz visible, ya que queda oculta en el pliegue del párpado.
  • Blefaroplastia inferior: podemos llevarla a cabo por vía interna, accediendo al párpado a través de la conjuntiva, o por vía externa, mediante una pequeña incisión bajo las pestañas.

Esta operación nos permite rejuvenecer tu mirada y, para maximizar sus efectos, podemos asociarla a otras técnicas de cirugía estética, como la cejaplastia, o tratamientos no quirúrgicos, como peelings.

Problemas que trata la blefaroplastia

Además de tratar las bolsas en los ojos, también podemos llevar a cabo esta técnica para mejorar la flacidez periocular, el aspecto de ojos cansados o las ojeras.

Cuando practicamos la blefaroplastia para corregir ciertos tipos de ptosis palpebral, la finalidad de la intervención no es meramente estética, ya que corregir la caída del párpado mejora el campo visual.

El mismo día de la operación puedes recuperarte en casa, ya que es una cirugía ambulatoria que no requiere anestesia general. Enseguida notarás el resultado cosmético de la cirugía, sin que hayan quedado marcas en tu piel, y el resultado funcional lo apreciarás plenamente  a las dos semanas.

La blefaroplastia es una cirugía muy agradecida y satisfactoria para los pacientes, además de segura y con un bajo índice de complicaciones, siempre y cuando la lleven a cabo expertos en la anatomía de la zona ocular y periocular, como los oftalmólogos oculoplásticos.

Fuente: https://miranza.es/

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¿Qué son las bolsas en los ojos?

Las bolsas en los ojos son un problema estético por el que consultan muchos pacientes, tanto mujeres como hombres, y se deben al prolapso de grasa en el párpado inferior. Como consecuencia, la zona de debajo del ojo parece hinchada o abultada, lo que da a la mirada un aspecto cansado, envejecido o triste.

La causa más común de bolsas en los ojos es el envejecimiento ya que, con la edad, los tejidos se van debilitando y  las bolsas de grasa que rodean el ojo van cediendo hacia adelante, haciéndose más visibles.

También influye la genética y otros factores como la retención de líquidos, una mala alimentación, la falta de sueño, el estrés, el tabaco y el alcohol… Por ello, como norma general, tener un estilo de vida saludable ayuda a que las bolsas en los ojos no se agraven. Cuidar la piel del rostro y utilizar productos cosméticos adecuados resulta igualmente beneficioso, aunque no logra evitar completamente el problema.

Fuente: https://miranza.es/

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¿Qué es el síndrome del ojo seco?

El ojo seco es un síndrome que causa malestar y molestias en los ojos, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la superficie ocular, afectando a la córnea y a la conjuntiva. Puede tener distintos grados de severidad y se debe a la inestabilidad o alteración de la película lagrimal, bien sea por una deficiente producción de lágrima o por una excesiva evaporación. Además, el diagnóstico suele ir asociado a diferentes grados de inflamación.

Se trata de una afección multifactorial, compleja y crónica, que es importante abordar de forma personalizada en cada paciente para ofrecer la mejor solución, atendiendo a las causas que lo han desencadenado.

Sequedad y cansancio ocular, picor y escozor, entre otras molestias, son habituales si tienes ojo seco.  Incluso puedes notar visión fluctuante, que se caracteriza por una visión borrosa que mejora con el parpadeo.

Las causas que motivan el síndrome del ojo seco son muy diversas y pueden darse de forma aislada o varias de ellas a la vez. Los principales factores son la edad avanzada –dado que la producción lacrimal se reduce hasta un 60% con los años–, los cambios hormonales –por lo que afecta más en mujeres que en hombres–, determinadas cirugías oculares, uso de lentes de contacto y enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Sjögren.

De igual manera, la alimentación (déficit vitamínico) y los fármacos antidepresivos y antihistamínicos o tratamientos con quimioterapia o radioterapia también pueden desencadenar sequedad ocular. Incluso intervienen factores ambientales asociados al estilo de vida actual, como la contaminación, los aires acondicionados y la calefacción o el tiempo prolongado frente a pantallas (situación en la que parpadeamos menos y la lágrima se evapora más rápido). 

Por último, también debes tener en cuenta que muchos casos de ojo seco se relacionan con problemas palpebrales, como malposiciones de los párpados, blefaritis o disfunción de las glándulas de Meibomio. Estas glándulas, que se encuentran debajo de los folículos de las pestañas, son las encargadas de aportar la parte grasa o lipídica de lágrima (necesaria para que esta sea de buena calidad) y su disfunción afecta a cerca del 85% de los pacientes con ojo seco.

Fuente: https://miranza.es/

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¿Qué es la aniridia?

La aniridia es una enfermedad ocular caracterizada por la pérdida total o parcial del iris, el anillo contráctil que rodea la pupila y da color a nuestros ojos, además de regular la cantidad de luz que entra en el globo ocular. 

Aunque puede ser un trastorno adquirido debido a un accidente o a otras causas, generalmente se trata de una patología congénita que afecta a 1 de cada 80.000 recién nacidos. Por ello, se considera “rara” o minoritaria.  

Además de un iris ausente o rudimentario que no ha llegado a desarrollarse por completo, esta patología ocular también afecta a otras partes del ojo en un 90% de los casos, ocasionando diversas alteraciones visuales a lo largo de la vida.

La aniridia provoca que la pupila del ojo (orificio negro central) se vea más grande de lo habitual o tenga una forma irregular. 

Los principales síntomas asociados a la patología son fotofobia –debida a las dificultades para controlar el paso de luz por la falta del iris–, así como visión borrosa o baja agudeza visual cuando se asocia, por ejemplo, a una opacidad en la córnea, una catarata o una deficiencia en el desarrollo del nervio óptico o la mácula (parte central de la retina). También es común que la aniridia esté ligada al glaucoma –presente en la mitad de los pacientes–, o a otros problemas como nistagmus (movimientos involuntarios con los ojos y consiguiente dificultad para fijar la vista), déficit de células madre epiteliales de la córnea, sequedad ocular, ambliopía o estrabismo. 

Fuente: https://miranza.es/