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¿Por qué se sufre el síndrome de ojo seco?

En este punto, es natural preguntarse qué causa el síndrome del ojo seco y si se puede evitar de alguna forma. Algunos de los condicionantes del ojo seco son inevitables, como es el caso de la edad. Tres de cada cuatro personas mayores de 70 años padecen este síndrome. Tampoco se puede evitar la influencia de los cambios hormonales en la prevalencia del síndrome, los cuáles están detrás del 25 por ciento de los casos de ojo seco. De hecho, la mayoría de personas que lo sufren son mujeres de entre 50 y 60 años que atraviesan la menopausia

Por otro lado, influye en la prevalencia del síndrome de ojo seco el consumo de fármacos, como los antihistamínicos, ansiolíticos o anticonceptivos, y algunas enfermedades como la fibromialgia, diabetes o la artritis reumatoide. Por último, también es determinante el hecho de haberse sometido a una cirugía ocular o estar en medio de un tratamiento de radio o quimioterapia. 

Sin embargo, otros desencadenantes sí que se pueden evitar cambiando de hábitos. Por ejemplo, es el caso del excesivo uso de pantallas durante el día, el cual reseca el ojo y evita que se produzcan lágrimas. Estar durante muchas horas frente a un monitor sin parpadear lo suficiente produce aproximadamente el 10% de los casos de síndrome de ojo seco. 

Otro desencadenante que se puede evitar es el uso de lentillas durante más de ocho horas al día. Las lentes de contacto aumentan la posibilidad de presentar sequedad ocular, pues son una barrera física que distorsiona el modo en el que se humedece el ojo, se evaporan las lágrimas o se intercambia el oxígeno. Por lo tanto, cuanto más tiempo las llevemos más riesgo habrá de que se resequen los ojos.

También se puede reducir la exposición a determinados ambientes secoscargados de humo o con aire acondicionado y calefacción fuerte, ya que estos contribuyen a evaporar la lágrima y, por ende, a la sequedad ocular. Por último, hay que cuidar la dieta diaria y seguir una alimentación rica en ácidos grasos omega 3, pues su déficit merma la calidad de la lágrima y puede desencadenar en este síndrome.

Prevenir los ojos secos

Como ya hemos destacado, el síndrome del ojo seco es una patología crónica, por lo que la única alternativa que tienen las personas que lo padecen es aprender a lidiar con los síntomas. En este sentido, desde Dosfarma han elaborado una serie de recomendaciones para que estos no se recrudezcan y no supongan una limitación en la rutina diaria de los pacientes.  

  • A la hora de favorecer la calidad de la lágrima, es esencial establecer una correcta higiene palpebral diaria para eliminar el exceso de grasa y de bacterias del borde de los párpados. Para ello, hay que cerrar los ojos y usar toallitas estériles masajeando los párpados con movimientos verticales en dirección hacia las pestañas para facilitar  la salida de la grasa y bacterias. Por último, se limpia el borde de los párpados en la raíz de las pestañas.  
  • Por otro lado, es aconsejable llevar gafas de sol con lentes oscuras en el exterior para reducir el efecto deshidratante del viento y del sol. A su vez, en los interiores se debería evitar ambientes secos, en los que esté el aire acondicionado y calefacción fuerte, y llenos de humo, ya que favorecen a la evaporación de la lágrima. En este sentido, puede ser muy útil el uso de humidificadores en casa para aumentar los niveles de humedad en el aire.  
  • De igual forma, es importante agendar revisiones periódicas con el oftalmólogo, cada dos o cuatro veces al año, para controlar la evolución de la patología. 
  • Por otro lado, debemos hacer descansos en el uso de las pantallas. Los americanos hablan de la regla 20/20/20, es decir, cada 20 minutos hacemos un descanso de 20 segundos y dirigimos la mirada a un objeto que se ubique a 20 pies de nosotros, unos seis metros. Así, al alejar o quitar la vista de la pantalla, podremos recuperar la frecuencia de parpadeo y volver a hidratar el ojo. También resulta útil poner la pantalla del ordenador por debajo del nivel de los ojos, pues así el ojo está menos abierto y hay menos evaporación de la lágrima. 

Cuando notemos los ojos secos y nos duela la cabezapuede ser útil cerrar los ojos y moverlos o parpadear de forma repetida. Con estas dos sencillas acciones, se reponen las lágrimas basales y se extienden uniformemente sobre la superficie ocular. 

Es importante tener en cuenta que si somos constantes con estos cuidados diarios podemos mejorar significativamente los síntomas del síndrome del ojo seco, pero estos consejos no son infalibles ni pueden sustituir a un tratamiento oftalmológico. Se puede usar un colirio hidratante o lágrimas artificiales para lubricar el ojo.

Fuente: https://www.vozpopuli.com/