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Ambliopía u “ojo vago”

La ambliopía, conocida como “ojo vago”, es una disminución de la agudeza visual causada por un desarrollo anormal de la visión, debido a un trastorno de la estimulación visual a nivel cerebral. Es decir, se trata de un ojo que tiene capacidad para ver correctamente (está bien formado y las estructuras oculares se encuentran íntegras), pero no ha aprendido a ver porque no se ha estimulado de forma adecuada. 

La ambliopía es la causa más frecuente de pérdida de visión en niños y afecta a cerca de un 4% de los pequeños, aunque la pérdida de visión que provoca puede mantenerse durante la edad adulta si no le ponemos solución  a tiempo en la infancia.

Lo más habitual es que la ambliopía no se note porque el niño ve bien con un ojo, mientras que simplemente no utiliza el que es “vago”. Por ello, podemos decir que es una patología asintomática, que no suele diagnosticarse si no es con un examen ocular. De ahí la necesidad de que los niños acudan anualmente al oftalmólogo a partir de los 3-4 años.

El origen de la ambliopía es una degradación de la información visual que llega a la retina durante el periodo de desarrollo de la visión. Esto puede estar causado por:

  • Defectos refractivos como astigmatismo, hipermetropía o miopía en altas graduaciones o con diferencia de dioptrías entre ambos ojos.
  • Estrabismo, siendo el “ojo vago” un mecanismo de compensación para no ver doble debido a la desviación ocular.
  • Enfermedades como cataratas o ptosis congénitas, que impiden la entrada de estímulos visuales en el ojo afectado. 

Asimismo, algunos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de que el niño desarrolle una ambliopía son el hecho de tener antecedentes familiares, ser prematuro o haber nacido con bajo peso, sufrir algún retraso psicomotor o síndromes malformativos etc.

Fuente: https://miranza.es/patologias/ambioplia-ojo-vago/