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¿Qué es la hipermetropía?

“La hipermetropía es un defecto de refracción que consiste en que las imágenes se enfocan por detrás de la retina, lo que origina que los diferentes puntos que componen las imágenes se enfoquen en forma de círculos borrosos”, explica Nicolás Toledano Fernández, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid).

Causas

“Las causas más frecuentes de la hipermetropía son longitud ocular anteroposterior acortada, córneas aplanadas por menor curvatura de las mismas, opacificaciones del cristalino (cataratas) y otras anomalías del cristalino como luxaciones cristalinianas, por ejemplo”, enumera Toledano.

Síntomas

“El dolor de cabeza es un síntoma frecuente fruto del esfuerzo que hace el paciente para conseguir enfocar los objetos, y especialmente manifiesto al aumentar las actividades de visión cercana”, comenta Carlos Laria Ochaita, director de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo de Clínica Baviera. Toledano especifica que es poco frecuente que la cefalea asociada a la hipermetropía aparezca sin relación a actividades que requieran fijar la vista de manera prolongada (la lectura, el trabajo con ordenador, atender en clase…).

Pero hay otros síntomas, tal y como enumera Toledano:

  • Si la hipermetropía no es muy alta, el paciente solo manifestará síntomas (cansancio ocular, dolor de cabeza, escozor de ojos…) cuando realice esfuerzos visuales prolongados (lectura, trabajo con ordenador…). 
     
  • Si la hipermetropía es muy alta, el paciente tendrá dificultad para la visión tanto lejana como de cerca, con visión borrosa. 
     
  • En otras ocasiones, sobre todo en los niños, la hipermetropía se puede asociar a algún tipo de estrabismo
     
  • Otras veces, las hipermetropías altas, pueden provocar, si no se diagnostican precozmente, la aparición de un ojo vago (ambliopía)
     
  • En adultos, con hipermetropías altas, puede asociarse un cierre del ángulo camerular, debido a la menor longitud axial del ojo, que puede provocar una subida de la tensión ocular.  

Según Laria, “muchas veces el niño lo único que manifiesta es una mala visión, con lo cual hasta que no le dilatemos la pupila con las conocidas gotas en la consulta, nunca vamos a saber si realmente esa mala visión es debida a un defecto de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo), o a otra causa”.

De ahí la importancia de que todos los niños sean vistos y valorados durante el primer año de vida para descartar cualquier proceso congénito y poder prevenir y paliar en la medida de lo posible los posibles defectos de refracción, siendo totalmente necesaria la instilación de gotas para poder conocer la graduación exacta del niño.

“Nunca se debe prescribir una graduación en un niño que no haya sido correctamente dilatada la pupila por el médico, pues sin hacerlo así no podemos conocer su graduación exacta. Esto puede y debe hacerse desde el nacimiento, no hay que esperar a ninguna edad determinada para poder conocer la graduación”, subraya Laria.

Prevención

Según la Academia Americana de Oftalmologíano existen suficientes estudios que demuestren que existe una forma de prevenir la hipermetropía, ya sea por ejercicios oculares o vitaminas.

Tipos

Toledano menciona dos puntos de vista para hablar sobre tipos de hipermetropía:

Desde un punto de vista acomodativo, la hipermetropía se puede clasificar como total, que es la suma de la hipermetropía latente, y la manifiesta. Pero esta es una clasificación que solo interesa a los clínicos. 

Desde un punto de vista práctico y, por lo tanto, de interés para los pacientes, la hipermetropía puede ser baja o alta y asociada o no a estrabismo o a otras alteraciones oculares (cataratas, córneas planas…).

Según Laria, “en muchas ocasiones la graduación no es solamente hipermetropía, sino que tiene ciertas variaciones en cada ojo, que es lo que conocemos como astigmatismo. El astigmatismo no es más que una diferencia en la uniformidad de esa graduación en el ojo y que podemos precisar de la misma manera cuando valoremos el defecto refractivo”.

Independientemente de esto, añade el especialista de Clínica Baviera, “podríamos decir que existe una hipermetropía fisiológica por la edad que no precisa corrección y luego una hipermetropía ya más patológica, que es la que debemos corregir”.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/