“Los padres y los educadores somos los responsables de detectar si nuestro hijo ve bien o no. El niño no sabe que ve mal porque no conoce lo que es ver bien. Por eso, estar atentos a determinadas posturas o gestos es de mucha ayuda para poder detectar lo antes posible los problemas de vista”.
Algunos de los síntomas que nos pueden alertar de que algo no va bien son los siguientes: “Si el niño se acerca mucho a la televisión o al papel cuando escribe o dibuja, si inclina la cabeza, guiña los ojos, se cae con frecuencia, si su rendimiento escolar no es el adecuado, si tiene dolores de cabeza frecuentes u orzuelos o le molesta la luz. Hay otros más evidentes, como que no alinea correctamente los ojos (bizquea)”.
Estudian en los niños es la agudeza visual; la capacidad binocular, para confirmar que los dos ojos estén bien coordinados para poder ver bien; y capacidad acomodativa, que es la encargada de hacer un correcto enfoque sin que aparezca cansancio. “Cuando el pequeño guiña un ojo o inclina demasiado la cabeza al leer puede existir anisometropía, una diferencia elevada de graduación entre un ojo y el otro”.
La batería de pistas para reconocer que estamos ante un niño con alguna anomalía visual (como miopía, astigmatismo, hipermetropía o estrabismo) es la siguiente:
- Le cuesta ver bien lo que se escribe o proyecta en la pizarra o en la televisión.
- Desvía un ojo o se queja de visión doble de manera constante o intermitente.
- En actividades de cerca, ve doble o borroso de forma ocasional. Después, sufre fatiga constante, nerviosismo o irritabilidad.
- Presenta una falta de interés por la lectura o pierde el hilo cuando está leyendo. Además, le resulta difícil recordar qué ha leído.
- Al leer sigue el texto con el dedo, mueve mucho la cabeza o la tuerce. Mezcla las sílabas al leer.
- La comprensión de la lectura para su edad es baja o, incluso, inexistente. Omite o añade palabras al leer, o también se salta de renglón.
- Frunce las cejas, parpadea excesivamente o presenta otras deformaciones faciales cuando está leyendo.
- Se tuerce al escribir y/o se sale mucho al colorear.
- Al fijar la vista en alguna actividad inclina, gira o ladea la cabeza o la espalda.
- Tiene dolores de cabeza frontales, náuseas o mareos por la tarde o después de desempeñar una tarea de cerca.
- Sensibilidad exagerada a la luz.
- Lagrimeo excesivo, ojos rojos o hinchados y se los frota con frecuencia.
- Da pasos en falso, se cae con frecuencia o avanza la cabeza para ver mejor.
- Vocaliza en voz baja cuando está leyendo.
- Se observa una rigidez corporal cuando mira objetos de lejos.
- Invierte letras o sílabas como, por ejemplo, confundiendo la “o” y la “a”, la “n” y la “m”, la “b” y la “d” y la “p” y la “q”.
- Estrabismo o bizquera hacia fuera o hacia dentro.
- Se tapa o guiña un ojo de vez en cuando para ver mejor con el otro.
- Se acerca mucho al libro, teléfono móvil, tablet, ordenador o televisión.
- Déficit de atención y concentración o bajo rendimiento escolar.
- Mala coordinación entre ojos y mano. Por ejemplo, le cuesta atrapar una pelota.
- Sufre malestar, mareos o ve doble al visionar una proyección 3D.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/