El desprendimiento de retina consiste en la separación de la retina (capa que tapiza el interior del ojo) de la pared ocular a la que está “pegada”, la coroides (capa intermedia del globo ocular).
Sin el aporte de nutrientes y oxígeno que reciben de la coroides, las células retinianas, muy especializadas y sin capacidad de regenerarse, se dañan y no pueden funcionar correctamente. Es por ello que la pérdida de visión puede ser muy severa si no lo tratamos a tiempo, estando considerado una urgencia oftalmológica.
Según los mecanismos que originan el desprendimiento de retina, podemos distinguir varios tipos:
- Desprendimiento de retina regmatógeno: es el más frecuente y se produce por la formación de pequeños desgarros en la retina, a través de los cuales pasa líquido que “despega” la retina.
- Desprendimiento de retina traccional: está causado por membranas, generalmente fibrosas o fibrovasculares, que tiran de la retina y la separan de la coroides.
- Desprendimiento de retina exudativo: ocurre en procesos inflamatorios que afectan al ojo y, en ocasiones, también puede deberse al crecimiento de nuevos vasos en la capa vascular de la coroides, dando lugar a pequeños levantamientos retinianos.
Es una enfermedad ocular que no duele, pero debes prestar atención a algunas señales de alarma que son comunes a un desprendimiento de vítreo y que pueden preceder a un posible desprendimiento de retina, como la aparición o aumento de moscas volantes y destellos luminosos. Asimismo, si ves una zona oscura o una cortina negra en alguna zona de tu campo visual, bien sea por arriba, abajo o los laterales, puede ser que el desprendimiento de retina ya haya ocurrido. En aquellos casos en los que afecta a la zona central y más importante de la retina, también puedes notar distorsión de las imágenes y pérdida de agudeza visual.
El desprendimiento de retina puede darse a cualquier edad, aunque es más probable que suceda si tienes más de 40 años. También pueden influir los antecedentes familiares y otros factores de riesgo pueden ser:
- Alta miopía
- Cirugías oculares previas, como la de catarata
- Retinopatía diabética
- Traumatismos oculares
En el caso de los desprendimientos de retina traumáticos, especialmente complejos, son frecuentes los que están relacionados con la práctica de determinados deportes de contacto o con pelota (como el pádel o el tenis), así como con accidentes de tráfico o laborales.
Fuente: https://miranza.es/patologias/desprendimiento-de-retina/