El enoftalmos es una patología ocular causada por el desplazamiento del globo ocular hacia el interior de la cuenca del ojo, haciendo que este parezca hundido o más pequeño. Es justamente lo contrario del exoftalmos, también conocido como “ojos saltones” porque los globos oculares sobresalen de la órbita. Tanto los “ojos saltones” como los “ojos hundidos” pueden causar trastornos emocionales como depresión o falta de autoestima, en función de su severidad.
Más allá de la repercusión estética, el enoftalmos no da síntomas oculares o visuales propiamente dichos. Por su aspecto, este trastorno suele confundirse con el llamado falso enoftalmos, ocasionado por la caída de los párpados (ptosis palpebral), la disminución del tamaño del globo ocular (microftalmos), un exoftalmos en el ojo contrario (que hace que el sano parezca hundido) o el síndrome de Horner (lesión en los nervios faciales simpáticos que se caracteriza por las pupilas contraídas, párpado caído…), que hacen que el ojo parezca retraído, cuando en realidad no lo está.
- Fractura orbitaria: la rotura de cualquiera de los huesos que conforman la cuenca del ojo es susceptible de provocar enoftalmos. Generalmente, estas fracturas se deben a un golpe o a una caída.
- Cáncer de mama: un porcentaje variable de casos de cáncer de mama metastásico causan retracción y fibrosis de los tejidos orbitarios, dando lugar a enoftalmos.
- Atrofia de la grasa orbitaria: el enoftalmos debido a la disminución de la grasa de este compartimento facial repercute en ambos ojos (enoftalmos bilateral) y es un fenómeno ligado fundamentalmente al envejecimiento o inflamaciones crónicas.
- Traumatismo severo: un golpe fuerte en el ojo puede ocasionar un enoftalmos unilateral, que solo afecta a la zona que sufre el incidente.
Fuente: https://miranza.es/patologias/enoftalmos/