Se pueden mejorar los síntomas de una catarata en su etapa inicial con nuevos anteojos, mejor luz, gafas anti-reflectoras para el sol, o lentes de aumento. Si estas medidas no le ayudan, la cirugía es el único tratamiento eficaz. La cirugía consiste en remover el cristalino opaco y reemplazarlo con un lente artificial.
La catarata solamente se debe remover cuando la pérdida en la visión interfiere con sus actividades diarias, como manejar, leer o ver televisión. Usted y su oculista pueden tomar esta decisión juntos. Una vez que usted entienda los beneficios y los riesgos de la cirugía, usted puede hacer una decisión informada sobre si la cirugía para las cataratas es apropiada para usted. En la mayoría de los casos, demorar la operación no hace daño a los ojos a largo plazo, ni hará que la cirugía sea más difícil. No es necesario que apure la cirugía.
A veces es necesario remover la catarata aún cuando no causa problemas a su visión. Por ejemplo, una catarata se debe remover cuando impide examinar o tratar otro problema de los ojos tal como la degeneración macular relacionada con la edad o la retinopatía diabética. Si su oculista le encuentra una catarata puede que usted no necesite cirugía por varios años. Puede ser que usted nunca necesite hacerse la cirugía. Revisándose la vista regularmente, usted y su oculista pueden decidir cuándo y si necesita tratamiento.
Si usted decide operarse, su oculista puede enviarlo a un cirujano especialista para extraer la catarata.
Si usted requiere cirugía para las cataratas en ambos ojos, la cirugía se realizará en cada ojo individualmente, y generalmente con cuatro a ocho semanas de diferencia.
Muchas personas que necesitan cirugía para las cataratas también tienen otras condiciones de los ojos como la degeneración macular relacionada a la edad o el glaucoma. Si usted tiene otras condiciones de los ojos además de las cataratas, hable con su médico. Conozca los riesgos, beneficios, alternativas y los resultados esperados de la cirugía para las cataratas.