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Síndrome del ojo seco y otros problemas oculares relacionados con el abusivo uso de las pantallas.

El teletrabajo nos ha traído muchos beneficios a todos, sin embargo, según alertan los especialistas oculares, también el uso prolongado de las pantallas como móviles, tablets y ordenadores ha elevado los casos de síndrome de ojo seco y miopía en los más pequeños de la casa.

Nuestros hábitos han cambiado mucho en las últimas décadas, ya casi todo a lo que queremos tener acceso está a un click en nuestros dispositivos tecnológicos. Por tanto, cada día usamos más las pantallas, tanto si somos adultos como niños, provocando patologías en nuestra salud ocular. 

En este punto, si notamos que nuestros ojos están sufriendo o que los niños están abusando de las pantallas y tienen molestias a la hora de ver bien, irritación o picores, lo más importante es ponerse en manos de los especialistas oftalmológicos para que nos brinden un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado.

Algunas de las recomendaciones más habituales para evitar la sequedad ocular pasan por evitar los espacios con humo, corrientes de aire, ambientes secos o chorros de aire que van directamente al rostro; también es aconsejable conducir con las ventanillas cerradas y, por supuesto, reducir el uso de las pantallas.

Pero ¿qué pasa si nuestro trabajo es de oficina y estamos ocho horas o más delante de nuestro ordenador? En ese caso, lo más recomendable es hacer descansos cada 20 minutos, así como levantar la mirada hacia un punto lejano. 

Sobre el tratamiento a llevar a cabo, destaca el uso de lágrimas artificiales, mantener una higiene palpebral, mientras que en algunos casos se pueden usar tratamientos como el colirio.

Más allá de los cuidados personales

Sin embargo, también existen tratamientos novedosos en este campo, como es el de luz pulsada de alta frecuencia, que consiste en aplicar destellos de luz pulsada de alta intensidad (IPL) sobre los párpados inferiores y la parte superior de las mejillas para estimular la circulación sanguínea y las terminaciones nerviosas, permitiendo reducir la inflamación local de las bolsas palpebrales, una mejora de la circulación del área tratada que facilita la salida del material graso de las glándulas de meibomio.

El denominado como síndrome de ojo seco es una enfermedad muy frecuente en la que la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, bien por un déficit en la cantidad o bien por la calidad de la película lagrimal, según define la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).

Además, es una enfermedad multifactorial, compleja y crónica que afecta a la superficie ocular y que produce molestias, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la córnea y en la conjuntiva. Afecta a alrededor del 30% de la población, una cifra que se eleva a casi el 100% en edades avanzadas, por lo que es muy importante acudir a la consulta si existe algún tipo de síntoma, como puede ser visión borrosa, molestias oculares, picores o irritación, entre otras.

Fuente: https://okdiario.com/